martes, 12 de enero de 2010

Life




No nací para perdedora. Así lo creo y así lo respiro cada día. Y no se trata de egocentrismo sobrevalorado sino de afán de superación a cualquier nivel. Lo dice quien se ha pasado más de tres décadas en contienda constante, buscando un sentido a la existencia en la que casi siempre he logrado hallar algún motivo que me impulsara a seguir y enredarme en nuevos sueños. Nada diferente a otras vidas en las que estos tiempos duros parecen mermar cualquier ensoñación con vistas de futuro. Y no debería ser así; si no luchamos por nuevos sueños, y nos consideramos en esta vida como fracasados, estamos tirando por la borda todo aquello que merece la pena descubrir y sí, ahora si lo creo, siempre hay algo que nos va a motivar a seguir respirando.
En esta vida que me ha tocado sin número premiado, no hay lugar ya para el desespero ni lágrimas que caen sin ningún destino. He pasado página, así, sin más. Como casi siempre cuando las tornas vienen mal dadas. No soy de depresiones que no llevan a ningún lugar, ni de quedarme en cama aborreciendo al destino que tuerce su camino; mucho menos llorar mi mala ventura a la que parece gustarle el tiento que a menudo sorteo y que no va a poder vencer mis ganas de seguir en este mundo. Un mundo diferente. Quizá vacío en sentimientos de esos que penetran en la piel, pero lleno de sorpresas y vaivenes que hacen que la rueda siga girando y que mis pies sigan pisando; a buen ritmo y con buen garbo. Me calzo mis tacones y atuso mis cabellos. Tal vez mi espejo me refleje a alguien con más ojeras a juego de ojos apagados, pero sigo siendo y me sigo queriendo. Sí, sigo siendo coquetuela sin límites y leona que despierta. Y miro el calendario y ha llegado un nuevo año, al que visualizo con cautela y con todos los respetos hacia todo lo que me pueda deparar. Y pienso que será bueno, repleto de sanas sensaciones que casi siempre me aguardan en la esquina de cada nuevo reto. Sólo tengo que quererlo, desearlo y esperar lo inesperado. Llamémosle esperanza o no lo nominemos. Que sea lo que Dios quiera que sea, pero ante todo que sea un antes y un después, un comienzo en esta nueva década que me espera y que recibo con brazos abiertos y sonrisas que desconocía en estos últimos tiempos. Muchos culpables de este estado de fe y felicidad entrecomillada; personas ante todo, con todas las letras en mayúsculas y amor del bueno, del que siempre nos hace resucitar de ese estár entre dos líneas en los que a veces me he sentido y de los que no sabía como salir. Y mira que a veces puedo ser de lo más insoportable, lo sé, y agacho la cabeza esperando el perdón por comportamientos que no nacen más que de la irracionalidad y ese punto de locura que siempre me acompañó y del que a veces reniego, aunque a estas alturas y mirándome el ombligo... aseguro que no es más que pura fachada de esa sin pintar y llena de grietas difíciles de cubrir. Pero aquí sigo, enfrentando este 2010 con capote y espada para espantar a mis fantasmas y escribiendo estas líneas con otro porte y otros sueños. Supongo que nada será ya lo mismo, pero de eso se trata, de que ya nada sea lo mismo y ni siquiera se le parezca.
Besos a todos.


( la imagen es de un visitante que me acompaña en estos días: Life.)



viernes, 23 de octubre de 2009

Somnolencia


(We are golden, Mika)


Hace unos días, conversaba con una amiga sobre las carencias que comporta el hecho de no tener a tu lado aquello que anhelas, y las mínimas posibilidades de poder cumplir el sueño de la máxima felicidad. La escuchaba entre simpatía y envidia. Sus argumentos eran los de siempre: el amor no correspondido y el miedo a fracasar por intentar cambiar sentimientos arraigados al alma; intentos de recuperar lo que fue y que por causas ajenas a ella, ya no puede ser. Mi sonrisa al escucharla era franca, tanto que medio enfadada me preguntaba la causa de mi divertimento, y de como podía sonreír cuando me estaba contando las miserias de su corazón roto; mientras mis dedos acariciaban sus manos nerviosas, intentando reconfortar, en la medida de lo posible, ese momento de valentía y sinceridad desbocada. Y es qué, todo lo que me decía , me parecía una nimiedad, y así se lo dejé ver:- Nunca es demasiado tarde, mientras haya algo por lo que pelear. Y veo amor, y del bueno...-


(El amor... bendita palabra, nunca dejará de bailar tangos en mi sangre maldita. Pero ya no me queda nada para maldecir ni para culpar , ni siquiera años con los que pagar todos mis errores y miedos, e incluso... consecuencias).


Aún así, me queda tiempo y fuerza para aconsejar, siendo mala consejera y con posibilidades nulas de ser escuchada. Pero sé, por tu mirada ansiosa y voraz, que ves en mis ojos todo aquello que no debes ver, que nunca debes hacer. Y por eso, mi querida..., después de esa noche de pies descalzos y chocolate, y cerveza... y película intrascendente... verás que para conseguir aquello que deseas, hay que mojarse, sin pensar en nada más. No pienses en el bien y el mal, y ve a por ese amor, pensando egoístamente en ti y tu propia dicha, sin que nada te influya, y a sabiendas de que tú, y solamente tú, eres su felicidad completa. Lo demás, sobra. Ahí es nada. O lo es todo.


Y si sale mal... aquí me tienes, juntas reuniremos las suficientes lágrimas para crear un nuevo océano, al que seguramente bautizaremos con un bonito nombre....


Besos, para vos, y para todos los que se han acercado a este Faro, fundido ya del todo. A aquéllos que han susurrado mediante el correo y que por razones obvias no puedo más que agradecer y abrazar en este anonimato que me piden y respeto.


... Hasta pronto, (regresaré cuándo haya encontrado los restos de mi alma, en un naufragio anunciado y penitente)




( y os abrazo con Mika, uno de mis favoritos, por representar la locura y el colocar el mundo por montera, como siempre he defendido)

viernes, 2 de octubre de 2009

Déjame entrar





... Ayer, después de bastante tiempo, ella fue capaz de ver y sentir. Hacía meses que andaba por casa y quizá por el mero hecho de seguir la contraria a sus deseos, la tenía desterrada en un cajón, junto a alguna fotografía, palabras y una pulsera que parece añorar una mano donde descansar recuerdos y amor. Anclada a su sofá, las imágenes recorrían su mirada húmeda llena de flores y aromas fríos, que respiraba pausadamente, hasta comprender, por fin, que esa noche podría dormir en paz.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Vendimia


Días de vuelta al cole, a las obligaciones y a la normalidad impuesta por el calendario. Después de un verano de no parar, quizá uno de los veranos más imprevistos de los que recuerdo en mucho tiempo, volvemos a la rutina. Es cierto que a veces es mejor no planificar absolutamente nada, por que ese nada puede convertirse en un "casi todo". En un intento de huir de mis absurdas realidades, he puesto tierra de por medio para tratar de parar por casa lo menos posible. Y supongo que habrá quién me entienda, habrá quién en momentos de soledad, piense que las paredes de tu hogar parecen desplazarse para aprisionarte en tus pensamientos y aplastarlos de manera implacable. He huído de todo eso, y creo que he conseguido, con mayor o menor éxito, de eso todavía no estoy muy segura, reinventarme de nuevo. Y eso cuesta, y mucho.

En estos tiempos de solecito me he pegado con pegamento de ése que sale del corazón, ése que a veces nos cuesta utilizar, a mis amigos que me quieren y a mi princesita que cada día va creciendo y sorprendiéndome a tal velocidad que produce un vértigo que sólo puedo parar si me aferro fuertemente a ella. Me sorprende su madurez, y su sonrisa infantil cuando descubre paisajes nuevos y sí, intento ver el mundo a través de esa mirada inocente; una mirada que intento no vea más allá de retazos de felicidad y un "todo va bien".

Me he adherido también a esa aldea que tanto quiero, y que me espera a finales de Septiembre para la Vendimia. Nunca me hubiera imaginado participar en una Vendimia, de hecho no me veo pisando uvas y ya me han explicado que No: - "Fiona, no hay que pisarlas, hay una maquinita que se encarga de ello, nosotros vamos a recolectarlas, a pasarlo bien, y luego nos bebemos parte de ello participando de la fiesta..."- Es que soy de ciudad y me perdonaís pero en estos temas estoy, y soy, un poco pez...y mientras sólo sea una parte lo que nos bebemos, no habrá problema... creo.

Y llueve, mientras escribo este post, agua torrencial que cae por mis orillas, y me gusta. Añoraba esa sensación de humedad y fresquito que me llena. Agua que anuncia con buena música el final del verano. Acompañada de sonidos e imágenes de seres con paraguas y pasitos rápidos y mi sonrisa invisible mientras los observo, y me digo susurrando... lo afortunada que soy por seguir aquí... lloviéndome.

jueves, 20 de agosto de 2009

Vida...


(Antes de que cuente diez, Fito y Fitipaldis)

... sé que te gustaría lo nuevo de Fito.

Y a mí también. Regreso de a poquito...

Todo necesita su tiempo y la vida se abre camino. No miento cuando digo que he pasado los peores días de mi vida, pero voy aceptando y haciéndome a la idea de que todo es real y lo que veo es lo que hay. Ha sido una pesadilla sin despertar, en la cuál he deseado morir mil veces, y resucitar otras dos mil. Me he dicho y me repito cada día, que todo pasa por algo, que cada revés es una prueba y debemos superarla porque siempre hay motivos para seguir en este mundo.


Escribir me sirve de terapia. Me leo y me creo lo que escribo. También me sorprendo a mi misma, haciendo cosas para invertir el tiempo. He pasado la fase de las preguntas sin respuesta. Creo que el ser humano está muy capacitado para superar adversidades, y debemos creer que eso es posible. No se trata de olvidar y pasar página, se trata de digerir y poder seguir con nuestro ritmo de vida, con todo incluido. Si nos fijamos a nuestro alrededor, siempre nos sentiremos identificados con aquel que también sufre, y egoistamente eso nos sirve de consuelo.

No hay vida perfecta, todos sufrimos pérdidas y todos necesitamos nuestros periodos de duelo. Cada cuál necesita su propio tiempo para metabolizar el dolor y eso no está escrito en ningún libro. Pero de lo que no hay ninguna duda, es que sólo tenemos que buscar la belleza en las pequeñas cosas que a menudo nos perdemos, fijarnos bien en los regalos que la vida nos hace.

Besos a todos.

viernes, 14 de agosto de 2009


( Con Hijo Incluido, Buena Fe )

Vida: Injusta, Cruel, Caprichosa, Extraña, Impredecible...

Hoy tan sólo quiero dar las gracias y dedicar este último post a alguien que amé profundamente. Me ha costado casi tres meses asumir que ya no está, y aunque nunca supimos muy bien que hacer con lo que teníamos, nos profesabamos un amor extrañamente intenso. Con la intensidad de dos seres practicamente iguales, libres y amantes de la vida, odiando las ataduras e incapaces de amar como el resto de los mortales. Dos ángeles de alas rotas, demasiado curtidos y heridos emocionalmente: Dos corazones con espinas.

Fue más de un año y medio de idas y venidas. Tiempos en que nos alejabamos camuflando nuestras soledades y miedos en otras compañias. Tiempo de felicidad y también de dolor a partes iguales. Tiempo en el que al final volvimos a reencontrarnos para alejarnos de nuevo. Y así hubiera seguido siendo por el resto de nuestros días ... hasta que uno de los dos dejara de respirar.

Ahora, tan sólo me quedan sus recuerdos. Sus palabras. Aquella última conversación del día anterior. Los remordimientos por no Ser lo que debí haber sido. Por no estár sabiendo lo mucho que él me necesitaba. Por no amarle como merecía...



Sigo caminando. Por mi princesa, por mis amigos, por mi querido hermano, incluso por aquél que sorpresivamente me ha ayudado a sostenerme en esos primeros días de estado de shock y dolor sin límites y doy gracias, sinceras.







Y a ti ... no sé que decirte, sabes de mi escepticismo y ni siquiera veo lo que estoy escribiendo ahora, pero sí, quiero creer que tal vez me lees... Gracias por haberme dado tanto, por ser y existir... nunca te olvidaré, mi gatito... Mario.


miércoles, 6 de mayo de 2009

Regreso


(Moon River, Audrey Hepburn//Breakfast in Tiffany's)


Regreso al Faro. Por ti y por él, y por aquellos que se han interesado en estas pobres letras sin sentido pero sentidas: a aquellos que entienden y saben leer más allá del significado de cada palabra, más allá de cada coma o tilde juguetona. Escritura sin reglas ni acentos. Por aquellos que saben que cuesta escribir un "ámame" en condiciones, con esa tendencia austral y sensual, de caminar cada letra acentuando el final, en una especie de ruego y orden que juegan a la par: "amamé"...así, entre un susurro y un suspiro. Y respirando, para ahogar emociones tramposas que buscan absolución. Respirandoté, poquito a poco, cerquita entre tus dedos cansados de teclear y mi mente embotellada y saturada de pensamientos que rebotan unos en otros, contradictorios y dispares. Agotada estoy de pensar sin pensar, tanto que ya no sé lo que pienso y, firmo la decisión de no volver a hacerlo. Sin meditar, entiendo y comprendo, siempre, aunque a veces no esté de acuerdo con actitudes carentes de decisión y valentía. Pero somos así, y así acabaremos. Y no vale la pena intentar cambiar a nadie, y más cuando ya se acepta y no aceptamos que nos cambien a nosotros mismos. Tal vez lejos pero siempre cerca. Sorprendente cercanía y complicidad inexplicable. Caminos paralelos que predestinan un cruce que se produce a medias. Sin preguntas y respuestas enredadas. Noche de bohemia de licores y cervezas que camuflan lo impredecible. Emociones templadas entre besos y caricias con anhelos de mucho más. Pocas palabras y mucha contención. Y ternura, de esa que tú y yo sabemos, y que muchos quisieran para sí. De esa que me gusta y conformandomé con ella, siendo poco para lo mucho que pudiera ser. No me equivoco al entonar también el "mea culpa" que me persigue en mi propia sombra, en esta forma de ser y este orgullo que me puede y que me impide doblar el lomo, muchas veces. Y no me siento orgullosa de ello. Hubo un día que decidí liberarme de cadenas extrañas y extranjeras y volví a nacer, pero ahora falta que llegue el día en que se me libere de mis propios fantasmas, que no dejan de seguirme recordándome los errores que no debo volver a cometer. Y que seguramente volveré a cometer. Por qué así esta escrito, y así me parieron. Pero aprendiendo e intentando mejorar, tomando las cosas tal y como van llegando. Y sonriendo a pesar de que a mi alrededor no haya espacio para mucha sonrisa. Tal vez ese que está allí arriba o, eso dicen, algún día pueda volver a mirarnos y solventar tanta injusticia unida en tan poco tiempo. Pero no tenemos tiempo para plegarias ni ruegos, así que no vale la pena lamentarse demasiado e intentar aprovechar al máximo lo que nos quede y ante todo no bajar la guardia ni acelerar procesos de vida .Exprimir los días al máximo, sí, pero sin excesos y sin prisas, ni "el ahora ya todo vale y me da igual". Hay que quererse, y no tengo más que decir que no se sepa.

Mis dosis de cansancio mental acumulado, no me impiden ver que no tengo nada de lo que quejarme, y dar gracias y desear que todo se quede tal y como está en alguna faceta de mi vida. Me quejo de otras y sí, que a veces me quejo por costumbre, pero también creo que si no esperamos más de la vida, muchas cosas no tendrían sentido, por eso espero, y espero mucho, todo lo que me merezca y lo que no, que al fin y al cabo, no me diferencia demasiado del resto del mundo.

Respiro, y sigo, caminando este mundo, a pasitos cortos, contigo, bailando a ritmo de tango, sensual y tranquilo. Despacito. Defendiendo mi espacio, y valorando el tuyo. Entendiendo.

sábado, 21 de marzo de 2009

Mirada








Mar adentro

mar adentro

Y en la ingravidez del fondo

dónde se cumplen los sueños

se juntan dos voluntades

para cumplir un deseo.


Un beso enciende la vida

con un relámpago y un trueno

y en una metamorfosis

mi cuerpo no es ya mi cuerpo

es como penetrar al centro del universo.


El abrazo más pueril

y el más puro de los besos

hasta vernos reducidos

en un único deseo.


Tu mirada y mi mirada

como un eco, repitiendo sin palabras

"más adentro", "más adentro"

hasta el más allá del todo

por la sangre, y por los huesos.



pero me despierto siempre

y siempre quiero estar muerto

para seguir con mi boca

enredada en tus cabellos.


(Mar Adentro, Ramón Sampedro)








( Hace ahora justamente un año, publiqué este poema de un maestro y valiente gallego. Todo resultó al revisionar la película biográfica sobre él, que Alejandro Amenábar dirigió para memoria de muchos. Recuerdo que me impactó sobremanera este poema que voz en off inundaba el resto de imágenes. Sumado a la excelente interpretación del señor Bardem, me dejé llevar por un rato navegando en un sueño, que al final naufragó y con él desapareció la esperanza, así como se diluyó todo lo anterior escrito. Hoy lo aderezo con notas musicales, sin permiso, pero con ánimo de volver a reencontrarme con lo que soy. )